Es indiscutible que en los tiempos que corren cada vez se están desarrollando nuevos procesos en prácticamente todos los ámbitos de nuestra vida aplicando la tecnología: educación, emprendimiento, transportes, deporte, restauración entre algunos ejemplos. Pero en este artículo nos centraremos específicamente en el impacto que tiene la Inteligencia Artificial (IA) en los procesos de selección del personal.
En primer lugar, la IA se encarga de desarrollar softwares que sean capaces de que las máquinas u ordenadores aprendan, resuelvan problemas y procesen el lenguaje humano por sí solas con el objetivo de interpretar la información recibida y sobre todo resolver conflictos imprevistos durante los procesos. Para los procesos de selección esto implicaría una serie de beneficios y ventajas para las empresas:
Mayor objetividad. La IA, al ser capaz de trabajar y gestionar con un gran número de datos y ordenar la información, nos resultaría de mucha ayuda como empresa a elegir el candidato ideal para el puesto ya que de esta manera se evitarían los sesgos cognitivos que tenemos los seres humanos, y que el reclutador no se deje guiar por juicios que emite automáticamente en un primer encuentro con el candidato. Esto facilita la labor de los trabajadores de RRHH (Recursos Humanos) a no dejarse llevar por las primeras impresiones y pensamientos que les genere un candidato en una entrevista de trabajo.
Automatización de tareas. En la fase de reclutamiento, la IA realiza la tarea de categorización de currículos, habiendo establecido previamente los parámetros para el puesto. De esta manera, funciones como la selección de currículos para una primera entrevista, publicación de la oferta o explicar el puesto vacante se automatizará por la IA y se ahorraría tiempo y energía en estas primeras fases y se podría invertir en otras posteriores.
Incorporación de empleados más rápida. La IA puede proporcionar información sobre las compensaciones y políticas de la empresa así como realizar sugerencias personalizadas a los trabajadores para que durante su etapa de adaptación se capacite e integre lo más rápido posible en el equipo. De esta forma, aumentarán las probabilidades de que el tiempo de permanencia del trabajador en la empresa se amplíe.
Sin embargo, los sistemas de IA también provocan una serie de desventajas en las que el Departamento de Recursos Humanos tiene que tener en cuenta:
La IA no es lo suficientemente imparcial. Aunque somos conscientes de que las máquinas no se guían por los prejuicios o emociones, también sabemos que toman decisiones basadas únicamente en datos. Por lo que puede resultar un inconveniente al depender de los humanos, que son los que suministran dichos datos y por lo tanto, son manipulados y sesgados al utilizar la información humana introducida previamente.
La IA es impersonal. Es muy frecuente que se utilicen los chatbots de IA encargados de responder a la mayoría de las preguntas y lo hacen de manera mucho más veloz que los reclutadores. Sin embargo, puede llegar a ser frustrante cuando sucede el caso de que la IA no puede resolver tu pregunta. Además, los solicitantes de empleo prefieren la interacción humana a la de con un bot, según un artículo proporcionado por la revista Harvard Deusto. Otro inconveniente es que los bots presentan problemas a la hora de procesar las emociones humanas y comprender los términos de slang.
La IA no puede medir aspectos intangibles. Como se explicó anteriormente, a la tecnología se le presenta el obstáculo de detectar y empatizar con las emociones humanas así como la personalidad, habilidades sociales del candidato, al no ser que tenga acceso a sus datos de aptitud cognitiva y pruebas de personalidad.
En definitiva, los procesos automatizados aplicando la IA son cada vez más necesarios dado que si lo abordamos a partir de la situación actual desde el comienzo de la pandemia en 2020, muchos de los procesos de selección de personal se han tenido que realizar de manera telemática y las empresas buscan ahorrar en costes y tiempo. Sin embargo, muchas de esas compañías no cuentan con suficiente capital para invertir en esta tecnología tan innovadora y eficiente como pudimos comprobar en la encuesta realizada por HR Research Institute, ni tampoco cuentan con el talento para poder optimizar los procesos de los sistemas de IA.
Por otra parte, en cuanto a las áreas de selección y reclutamiento, la figura del reclutador no será eliminada en el futuro, si no que a medida que pasa el tiempo habrá una transición en la que se enfocará hacia nuevos puestos de trabajo que exigen nuevas competencias tanto personales como tecnológicas. Además, las generaciones más jóvenes al estar más familiarizadas con la tecnología desde muy temprana edad, estarían más dispuestos y les sería más fácil formarse en estas nuevas tecnologías así como priorizar el desarrollo profesional.
Estos sistemas indudablemente tienen mucho potencial pese a que en la actualidad su desarrollo y accesibilidad son más limitados y desiguales para las medianas y pequeñas empresas frente a las grandes compañías, que ya están aplicando estas herramientas de automatización de procesos.